VOLVER A NAVEGAR
- Héctor Chiviló
- 25 sept 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 26 abr 2022

Después de seis meses de prohibición absurda, el gobierno habilitó la actividad de “Vela Deportiva Individual”, y pude volver a navegar.
Fue un reencuentro con mi velero, con mi ambiente y conmigo mismo.
Volver a sentir el barco, el viento y el agua con todos mis sentidos.
Los sonidos, los aromas, los reflejos, la textura de los cabos, la inmensidad.
Las velas estaban acostumbradas a los pliegues del descanso y las drizas zigzagueantes por los adujes extendidos en el tiempo.
Sentí mis brazos demasiado relajados para el esfuerzo necesario y mi mente saltaba entre el presente novedoso y la experiencia acumulada después de medio siglo navegando.
Reconocí muchas acciones automáticas, que volvieron a ser conscientes: izar y arriar velas, cazar y filar escotas, encender instrumentos de navegación y leer la información, poner en marcha el motor. Todo era conocido, pero nuevo a la vez.
Después de navegar durante cuatro horas me di cuenta de que, para mí, la navegación a vela no es un deporte, ni un pasatiempo.
Navegar a vela es la fuente de inspiración de mis obras y parte fundamental de mi ser.
Comments